El amor toca a todo el mundo, incluso a los que no lo tienen. Cuando se produce un verdadero encuentro, aunque sea corto, deja una marca en la vida de una persona. Como también puede no marcarla, lo que dará lugar a una relación efímera.

La pareja es siempre enigmática, no sabemos qué amamos en el otro, no hay una receta que sirva para todos, cada persona tiene su lógica, se puede enamorar de alguien bajo ciertas condiciones que son únicas para ella, que tienen que ver con algo muy personal. Son dos singularidades que se encuentran de forma imprevista, que se vuelven capaces de amar por la misma distancia que los separa, aunque no se sepa qué es, el lazo inconsciente opera a espaldas de los enamorados.

En la clínica encontramos que no hay ninguna simetría, ni armonía perfecta en los encuentros amorosos. El psicoanálisis, no va de la mano de las ilusiones, ni de los ideales, permite iniciar un trabajo con la persona para que encuentre su propia invención, una manera de estar juntos, una nueva satisfacción que encuentra con el amor.