No es una enfermedad, sino un síntoma, guarda íntima relación con lo femenino, una de las características es la distorsión en la imagen. La angustia, en la mayoría de los casos, va unida a la imagen que tienen de su propio cuerpo. Se les presenta como portador de un exceso, exceso de peso, de grasa en la tripa, caderas, piernas… Aun cuando la delgadez extrema sea evidente para los demás, para ellas no es así, lo viven como demasiado, lo que puede llevarlas a poner en riesgo su vida. La voluntad de no-comer resulta en muchos de estos casos solidaria con no-querer saber sobre su deseo.
